Aulas Experimentales: Un espacio para la Identidad Cultural y la Sostenibilidad Ambiental en Masachapa

Aulas Experimentales: Un espacio para la Identidad Cultural y la Sostenibilidad Ambiental en Masachapa

Autor: Lic. Eduardo Estrada
Asistente Administrativo Hotel Escuela Palmera Resort

La educación superior requiere más que la simple transmisión de conocimientos teóricos; demanda la generación de experiencias que conecten a los estudiantes con la realidad social, cultural y ambiental de su entorno. En este contexto, la propuesta de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC) para el desarrollo de aulas experimentales en el Centro Experimental UCC Hotel Escuela Palmeras Resort constituye un modelo innovador, diseñado para aplicar el conocimiento en contextos reales fomentando la investigación, la reflexión crítica y la resolución de problemas concretos.

Considerando esta visión, y desde mi experiencia como asistente administrativo del Hotel Escuela, propongo que la identidad cultural y la sostenibilidad ambiental se integren no solo como temas de estudio, sino como ejes fundamentales que estructuren la formación académica. Esta integración permitirá que los estudiantes vivan experiencias formativas significativas articulando conocimientos teóricos con prácticas concretas que respondan a las necesidades del entorno y fortalezcan su compromiso con la comunidad y el desarrollo sostenible.

Al integrar la identidad cultural y ambiental implica un enfoque más profundo: los estudiantes no solo aprenden sobre estas dimensiones, sino que participan activamente en ellas. Se trata de desarrollar competencias a través de experiencias situadas que conectan el aula con la comunidad y el territorio. Un ejemplo claro es la comunidad de Masachapa, cuyo patrimonio cultural la pesca artesanal, la gastronomía tradicional y las artesanías locales y su riqueza natural constituyen un laboratorio educativo auténtico. Aquí, los estudiantes viven la identidad cultural en primera persona: observan y participan en procesos locales, crean espacios de interpretación como el “Espacio Masachapa” y diseñan rutas turístico-culturales como el Mirador el Faro y el Muelle que promueven el reconocimiento de su patrimonio. Del mismo modo, la dimensión ambiental se desarrolla mediante actividades prácticas como la creación de huertos sostenibles, la conservación marina y la implementación de estrategias de turismo responsable.

Este enfoque transforma las aulas experimentales en espacios de aprendizaje situado y contextualizado. La identidad cultural y ambiental deja de ser un contenido complementario y se convierte en un eje de acción: los estudiantes aprenden haciendo, analizando y proponiendo soluciones que responden a necesidades reales. Esta forma de enseñanza fortalece sus competencias profesionales, sociales y ambientales, y fomenta un compromiso activo con su comunidad y su territorio.

En conclusión, la integración de la identidad cultural y ambiental en las aulas experimentales de la UCC redefine la educación superior. Al desarrollarse de manera práctica, participativa y transformadora, permite que los estudiantes no solo comprendan la realidad de sus comunidades, sino que se conviertan en agentes de cambio capaces de generar un impacto positivo y sostenible. Este modelo demuestra que la formación académica y el desarrollo social pueden ir de la mano, construyendo un aprendizaje verdaderamente significativo.

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